A lo largo de la historia de la publicidad la mujer se ha visto sometida a una indiscirminada esclavitud de su propia imagen. La moda y la sociedad predominante han ido marcando los cánones de su imagen y exhibiendo públicamente a la mujer estereotipo.
A ellas se les muestra jóvenes, delgadísimas, sumisas, sensuales, aunque, en los últimos tiempos, se las ejemplariza como autoderminantes y luchadoras, pero dentro de sus mismos roles tradicionales y en el mismo plano subordinado de siempre.
El puesto de la mujer en la sociedad siempre ha estado en el hogar y si se muestra en la empresa o trabajando fuera de casa, está condicionada por la calidad de su imagen, ya sea por su olor, su pelo o por lo bien que compra productos de limpieza, entre otros.
Es de vital importancia saber educar a la población en el modo de descifrar los mensajes publicitarios, tanto verbales como visuales, directos o sutiles, para poder detectar y, automáticamente, rechazar los modelos que la sociedad impone, tanto a las mujeres como a las niñas que, en su futuro llegarán a ser mujeres. Solo así, se podrá dejar de perpetuar los estereotipos de la mujer, en función de sus edades.
La publicidad es el medio que mayor poder tiene para determinar y manipula el comportamiento y las prioridades de la sociedad, así lo vemos en la moda. Es por ello que, tiene a su alcance la posibilidad de cambiar y educar sobre la imagen, el comportamiento y el lugar que corresponde a la mujer en nuestra sociedad.
Es cierto que, en los últimos años se han formulado leyes, que regulan la publicidad, para tratar de equiparar la diferencia de género y proteger la imagen de la mujer y el menor.
En algunos países como España la imagen de la mujer en la publicidad se intenta proteger, al menos externamente, porque aún queda mucho por trabajar sobre su protección psicológica, especialmente, dentro de este ámbito.
Sería deseable que, sabido el peso de responsabilidad que encierra la publicidad respecto a la educación de la sociedad, fuera de obligado cumplimiento que esta actuara alejada de cualquier estrategia que no trataran a ambos géneros por igual y en el que el contexto mostrado fuese el de la relidad. De este modo, la sociedad sería más respetuosa y solidaria, para dejar de ser menos ostentosa y ególatra tratando de alcanzar la realidad inexistente que nos muestra la publicidad.
En los siguientes spots elegidos se observa una clara y constante evolución en la que se observa cómo la publicidad ha marcado y manipulado el papel de la mujer en nuestra sociedad.